EDITORIAL (de la semanna) 17
Opinión Editorial
La seguidilla de incendios forestales en la provincia de Concepción y en la región en general, nos revela lo interconectado que están los sistemas ecológicos y de cómo nos afectan estos en nuestra vida diaria.
De esta forma, el Viernes 12 de Enero, donde se registraron 30.4 grados centígrados en Concepción (34 grados a la sombra en Nonguén, medidos por nosotros), sumado a los 17 focos de incendios, repartidos por toda la VIII Región, donde los focos de Hualqui y Santa Juana, comunas que distan a varias decenas de Kilómetro del Valle Nonguén, nos instalaron su sofocante calor, una densa nube de humo Rosado y hasta el Sábado 13, fuimos testigos de una intermitente lluvia de hojas quemadas y cenizas que cubrieron toda la superficie de nuestro barrio.
En Chile, ningún incendio forestal es por causas naturales, es decir, que algún irresponsable, insensato o simplemente algún delincuente, los ocasionó. Su increíble acto de la más soberana estupidez, realizada a varias decenas de kilómetros de nuestros hogares, fue sentido en sus peligrosos efectos en nuestros patios.
Humo, contaminación, peligro de contaminación de nuevos focos de incendio, peligro de propagación peligrosa de estas mareas de fuego, perdida de patrimonio económico, miles de hectáreas de bosque perdidas, cientos de empleos perdidos, centenares de familias sin su pan en sus casas, perdida en la productividad económica del país, perdida de la biomasa de los bosques, quebradas y montes, pérdidas de especies endémicas, algunas aún no clasificadas y quizás hasta potenciales curas a enfermedades. En fin, por la farra de cretinismo de unos cuantos idiotas esto es lo que se obtiene.